Desde Híspalis
El Blog de Diego Romero
Una Cara
Cuando llega...
Zoco
Perfiles
Verte venir
Verte venir con el sol
chorreando en las fachadas
con esa luz apagada
que tan sólo el Viernes tiene,
es llenarse del sabor
que desprenden tus andares
recordándonos postales
que la memoria mantiene.
Verte venir por Triana
cuando el sol busca el ocaso
y el cielo tras de tu paso
pone contraste a los lirios,
suena a saeta gitana
desde balcones con flores
cantándole a los primores
de tu sumiso martirio.
Verte venir por Castilla
con carey de antigua estampa
y un manto de plumas blancas
dándole son a tu andar,
huele a brisa de una orilla
cantaora y alfarera
que para estar a tu vera
te hizo de loza un altar.
Verte venir entre cales
por tu barrio y con tu gente
buscando un sol en el puente
que se despida de Ti,
trae aroma de corrales
de geranio y albahaca
mientras el cielo se saca
un aljarafeño añil.
Fantasmas
Sacramental
Sueño de infancia
Rosa de abril y mayo
Judería de mayo
Calle
Jamás hubiese pensado un servidor, cuando jugaba a ladrones y policías en aquel coche americano abandonado a su suerte en el gran patio de albero que servía de antesala al cine Avenida de verano que, en ese suelo, iba a crearse una calle con tu Nombre.
Una calle desde la Cava a Alfarería. No podía ser otro suelo. Una calle entre aromas en el recuerdo de damas de noche de dos cines de verano: el Avenida y el Alfarería. Una calle sobre un suelo de arcilla alfarera; esa arcilla alfarera que sirvió para hacerte ese Altar desde el que recibes a tu barrio.
Siempre busqué el camino más corto hacia tus plantas desde el día que te conocí… ¿O fuiste Tú el que me conoció a mi? Quién sabe. Sabrás Tú mejor que un servidor cuantos de los que te buscaron en vida pisaron el suelo que hoy ocupa tu calle. Sabrás Tú, mejor que nadie, cuantos, en la intimidad de una fría y húmeda alcoba de corral de vecinos sobre ese suelo, solicitaron tu ayuda mirándote en una vieja foto en blanco y negro entre los pobres adornos de una vieja cómoda.
El barrio ha cambiado. Como todo. Hoy el hambre más que en él, viene a él. Viene a él en un Comedor que unas monjas mantienen contra viento y marea. Precisamente es ahí donde el destino ha querido que empiece tu calle. Cosas del destino: un camino más, recto desde el hambre al Sagrario. Un camino más, recto desde la Cava a tu altar de cerámica trianera.
Lástima que para un servidor la Cava sólo sean recuerdos. Lástima que para un servidor esa nueva calle ya no pueda ser el camino más corto antes de su estación de penitencia envuelto en el raso morado de una tarde de Viernes Santo.
Servidor, además de sentir una gran alegría, sólo sueña – como tantos trianeros en la distancia – lo bonito que sería poder poner en el remite de sus cartas: “calle de Nuestro Padre Jesús Nazareno”.
¡Ay! Castilla
Cruz de Mayo
Ayer
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