Llega

 

Llega el Viernes, de Triana,
lo escoltan unos rojos cirios,
y las calles engalana
con zancadas soberanas
sobre una alfombra de lirios.

Llega con paso valiente
y una Cruz de filigranas,
andando siempre de frente,
como han sido, desde siempre,
los andares de Triana.

Llega y detiene la brisa
que en su perfil juguetea,
y su mirada sumisa
se convierte en la baliza
de su gente trianera.

Llega y su aroma percibe
una Giralda en su altura,
que de puntillas se erige,
como niña sin abriles,
para encontrar su dulzura.

Llega y huele a clavellina,
a geranio y a albahaca;
a riada peregrina,
que desde calle Castilla,
cruzó aquel Puente de Barcas.