que no te tengo "olvidá",
lo que pasa, es que en Tu Día,
tengo mi alma "encastrá"
en la calle de Castilla,
donde a los pies de su Altar,
la Expectación de los Cielos
deja a mi rezo acercar.
Pero cada dieciocho
de diciembre, sin faltar,
busco un hueco, y una Salve,
y te voy a visitar,
a decirte junto a un Arco,
que es tu Puerta Celestial,
que cuanto más años pasan,
más Guapa para mí estás.
Y que Sevilla en tu Cara
tiene la Gloria "ganá";
y que sin Ti no hay sentido
en toda la cristiandad;
y que bendita la hora
que bajas desde tu altar
para repartir consuelo
a todo al que hacia Ti va;
y que sonríes y lloras
como nadie nunca hará;
y que sin Ti no habría Credo,
ni Pasión, ni eternidad;
y que dichoso me siento
cuando me acerco a mirar
la belleza, que en Adviento,
entre un gentío singular,
la Madre de Dios me ofrece
para poderle resar.
Después, me voy "pa" Triana,
donde yo tengo "encastrá"
dentro de una "O" mi alma
por cuna, y por voluntad.
Y todo esto, en Sevilla;
el Cielo, puede esperar.